El cambio climático está afectando a todas las regiones de Europa y tiene efectos muy diversos en la sociedad y el medio ambiente. Se prevé que los impactos aumenten en el futuro y originen costes elevados, según un informe publicado hoy por la Agencia Europea de Medio Ambiente.
La existencia de ganadería extensiva, principalmente bovina, la presencia del lobo y las zonas protegidas han sido los principales factores de riesgo de envenenamiento ilegal identificados por miembros de la IE University de Segovia e investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC, centro mixto del CSIC, la Universidad de Castilla-La Mancha y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha), en la Cordillera Cantábrica.
El Centro de Investigación en Agrogenómica (CRAG) -un consorcio del CSIC-IRTA-UAB recientemente inaugurado por Cristina Garmendia, Ministra de Ciencia e Innovación- está entre los 22 nominados a los Distintivos de Excelencia Severo Ochoa. Pero sus grupos de investigación llevan desde 2003 trabajando en temas de Biología de las plantas y animales de granja para mejorar los sistemas agroalimentarios. Su director, Pere Puigdomènech Rosell, nos da las claves de su éxito.
Hasta ahora, la comunidad científica presumía que los animales salvajes morían antes de hacerse viejos. Un equipo hispano-mexicano de científicos demuestra ahora por primera vez en una población salvaje de aves (Sula nebouxii) que hay envejecimiento en la capacidad para vivir en la naturaleza y para reproducirse.
Una pareja de piqueros de patas azules (Sula nebouxii) durante el cortejo en la Isla Isabel (México).
Andalucía es la única comunidad autónoma que aprueba en las medidas empleadas para luchar contra los cebos envenenados. Valencia cierra el ranking y solo tres regiones cuentan con planes específicos contra esta lacra, según el informe La lucha contra el veneno en España. Clasificación por comunidades autónomas, presentado hoy por WWF España.
El virus de la fiebre aftosa del ganado (rojo) se multiplica cerca del núcleo (azul) de la célula afectada.
Pinsapos, abetos comunes, encinas, robles albar y alcornoques son las especies que más sufrirán los efectos del aumento de temperaturas. A esto se añade la situación de los vertebrados, que verán su territorio aún más reducido a finales de siglo. Los datos se desprenden de un estudio sobre los efectos del cambio climático en la biodiversidad española presentado hoy en Madrid.