Científicos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa ha comprobado que en la proteínas terminales de virus bacteriófagos existen señales de localización nuclear. "Se trata de un hallazgo inesperado que permite proponer un nuevo mecanismo en el que los bacteriófagos (virus que infectan bacterias) serían mediadores en la transferencia horizontal de genes entre organismos procariotas y eucariotas a lo largo de la evolución", según los investigadores.
Publicar un libro sobre el árbol de la vida supone una aventura. Un reto al que se han enfrentado dos investigadores del CSIC, Pablo Vargas del Real Jardín Botánico y Rafael Zardoya del Museo Nacional de Ciencias Naturales, que han coordinado el trabajo de más de medio centenar de científicos especialistas en los distintos grupos de seres vivos.
Dentro de las células de esponjas de los géneros Hemimycale y Crella residen miles de bacterias productoras de precipitados de carbonato cálcico (CaCO3) que se acumulan en la periferia del animal a modo de protoesqueletos. Un equipo del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB/CSIC) ha descubierto esta nueva forma de simbiosis.
La sensación de riesgo de las presas influye en la descomposición de sus cuerpos cuando fallecen. Un equipo internacional de científicos demuestra que el papel que desempeña el predador modifica los procesos de regeneración del suelo de la misma forma que lo hacen los materiales derivados de las plantas.
Científicos de la Universidad de León, la Universidad de Salamanca y el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), trabajan en varios proyectos de investigación para desarrollar productos microbianos que mejoren la nutrición de las plantas y la defensa contra patógenos.
Fue una de las principales contribuyentes a la biología evolutiva del último siglo. Sus trabajos con bacterias, a las que llevó desde un lugar marginal en la investigación de sus días hasta el centro mismo de la hoja de ruta de la evolución, sacudieron los cimientos de la disciplina. Su probada brillantez llevaba aparejada una fama, también merecida, de excéntrica polemista.
El papel de los bacteriófagos o fagos —virus que infectan a las bacterias— podría ser clave en la transferencia de genes de resistencia a los antibióticos entre bacterias, puesto que este proceso puede favorecer la aparición de cepas de bacterias resistentes en el entorno natural. Esta es una de las principales conclusiones del artículo publicado en la revista Antimicrobial Agents and Chemotherapy, firmado por el grupo de investigación consolidado Microbiología de Aguas Relacionada con la Salud (MARS), del Departamento de Microbiología de la Facultad de Biología de la UB.
Investigadores de la Universidad de Córdoba (UCO) participan en un estudio internacional para minimizar en los productos frescos los efectos de la bacteria Escherichia coli, que se hizo tristemente famosa la pasada primavera al originar la que se conoció como “crisis del pepino español” y resultó ser la “crisis de la soja alemana”. Cada año mueren en el mundo varias decenas de personas a causa de la infección por cepas verotoxigénicas de esta bacteria.
En la revista Natural Computing, investigadores de la Universidad Politécnica (UPM) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) proponen una alternativa para resolver problemas matemáticos complejos en un simple tubo de ensayo.
Para amoldarse a las variaciones en su entorno, las bacterias liberan moléculas, los D-aminoácidos, que modulan la biosíntesis del peptidoglicano, principal componente de la pared celular bacteriana. En este descubrimiento, publicado en el último número de la revista EMBO, ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).