Procesar imágenes del subsuelo para buscar petróleo, generar modelos sobre cambio climático o simular el funcionamiento cardiaco son solo algunas de las tareas encomendadas a los superordenadores del Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), uno de los ganadores del distintivo de excelencia Severo Ochoa. Mateo Valero (Alfamén-Zaragoza, 1952), el director de este centro desde su creación en 2005, explica a SINC algunos los proyectos en los que están embarcados. Los retos, gestionar mejor la ingente cantidad de datos de los supercomputadores y reducir su consumo energético.