Un equipo de científicos, con participación española, ha comprobado que la utilización de biochar (biocarbón) e hidrochar (carbonización hidrotermal) puede reducir hasta un 97 % las emisiones de CO2 con respecto al uso de residuos ganaderos. Además, tras el tratamiento térmico estos materiales se convierten en fertilizantes de liberación lenta que pueden aumentar el rendimiento de los cultivos.
Los ciclos de nutrientes del suelo pueden desincronizarse rápidamente en respuesta a un incremento del CO2 atmosférico. Esta es la conclusión de un estudio, liderado por la Universidad de Cádiz, que ha instalado en una zona de eucaliptos grandes estructuras que liberan CO2 de forma continuada para observar las consecuencias.
Si las emisiones de CO2 se mantienen al ritmo actual para finales de siglo, peces y mamíferos marinos podrían sufrir disminuciones más graves que el fitoplancton. Así lo revela un estudio internacional, con participación del CSIC. Según el trabajo, este impacto se producirá independientemente de otras presiones sobre los animales, como la sobrepesca.
Un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia pone de relieve que el cambio de vehículos diésel de más de diez años por nuevos de gasolina aumentaría hasta un 2 % las emisiones de CO2 en las grandes urbes españolas. En cambio, si la flota diésel anterior a 2009 se sustituyera por nuevos vehículos diésel (E6 Temp), las emisiones bajarían hasta un 6 % en las ciudades y un 22 % en las carreteras.
El estudio de los minerales de la laguna de Las Eras, en la provincia de Segovia, podría permitir la identificación de la presencia de microorganismos tanto en rocas del registro geológico terrestre como en rocas marcianas. Un trabajo liderado por la Universidad Complutense de Madrid ha descubierto la relación entre un tipo de bacteria, del grupo de los firmicutes, y la formación en la laguna de magnesita y dolomita, dos minerales difíciles de precipitar a bajas temperaturas.
Bronquitis, neumonía, enfermedades circulatorias, cáncer, párkinson, alzhéimer, paludismo, malnutrición y partos prematuros están relacionados con el cambio climático. En España se acaban de publicar los efectos en la salud de las centrales térmicas de carbón, un combustible fósil que produce cambios en una atmósfera que nos asfixia, sobre todo en las grandes ciudades.
Gran parte del dióxido de carbono atmosférico es absorbido por las aguas marinas, pero esto contribuye a su acidificación y altera gravemente los ecosistemas. Para entender qué ocurrirá en un futuro próximo en todos los océanos del mundo ante el cambio climático, un equipo de científicos han analizado cerca de las zonas polares el comportamiento de unas pequeñas algas unicelulares, llamadas cocolitóforos, que intervienen tanto absorbiendo como produciendo CO2.
El rorcual común, la segunda ballena más grande del mundo detrás de la ballena azul, ha aumentado su población en las costas catalanas, donde los ejemplares han encontrado un núcleo importante para alimentarse. El incremento de zooplacton debido al cambio climático ha permitido el aumento de ballenas, consideradas los grandes sumideros de CO2 de los mares.
Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Sevilla pone de manifiesto que el actual sistema de gestión de residuos urbanos en Andalucía no se adapta a los criterios europeos, lo que supone un obstáculo al cumplimiento de los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que se han marcado España en su conjunto.
Los ríos intermitentes se secan durante una parte del ciclo anual y suponen la mitad de la red mundial de ríos. Pero no se tienen en cuenta para determinar la contribución global de los afluentes en la liberación de dióxido de carbono a la atmósfera. Un estudio ha permitido cuantificar por primera vez esas emisiones y revela que, si se añadiera la información referente a los ríos intermitentes, las estimaciones de emisiones de CO2 asociadas a los cursos de agua aumentarían entre un 7% y un 152%.