Una de las soluciones propuestas por los científicos para la lucha contra el cambio climático es almacenar el dióxido de carbono en el subsuelo, pero existen controversias sobre la seguridad de este método. Un nuevo trabajo basado en simulaciones muestra que hay un 95% de probabilidades de que el gas inyectado se retenga en el subsuelo durante más de 10.000 años.
Científicos de la Universidad de Granada y el Massachusetts Institute of Technology han demostrado por primera vez que los microorganismos del plancton, en vez de desarrollar un modo de vida solitario, se organizan entre sí en comunidades complejas, aunque de vida muy corta y rápidamente cambiantes.
Investigadores de las universidades de Córdoba y la Tecnológica del Sur de China han logrado encapsular metales en armazones porosos formados por un material mixto de materia orgánica y metálica. El avance podría aplicarse para absorber CO2, un importante gas de efecto invernadero, y el desarrollo de baterías.
Las técnicas de conducción eficientes reducen las emisiones de CO2 del orden de un 21% en los vehículos diésel y en un 17% en los de gasolina, aunque el tiempo de viaje aumenta alrededor de un 7,5%. Así lo refleja un estudio llevado a cabo en la ciudad de Cáceres.
Imitando a las hojas de los árboles, investigadores de la Universidad Rovira i Virgili han creado un dispositivo que absorbe CO2 a alta velocidad y lo transforma en productos como el metanol, uno de los ingredientes del biodiésel. El prototipo realiza una fotosíntesis artificial que, algunos aspectos, mejora la de las plantas, consiguiendo energía limpia diez veces más rápido que con la biomasa.
Investigadores de la Universidad de Córdoba han analizado la influencia que ejerce la presión del dióxido de carbono sobre el metabolismo de las levaduras durante la segunda fermentación que se lleva a cabo en la elaboración de los vinos espumosos. Los mayores cambios se observan en los contenidos de los ésteres asociados a sus aromas frutales y florales.
Las balsas pequeñas y los estanques temporales emiten CO2 de modo natural durante todo el año, además, las zonas secas son las que liberan mayor cantidad de carbono hacia la atmósfera. Este fenómeno, descrito ahora por primera vez, podría tener implicaciones en el ciclo global del carbono que controla el clima en la Tierra, según un trabajo dirigido por el profesor de la Universidad de Barcelona, Biel Obrador, y Núria Catalán, del Instituto Catalán de Investigación del Agua.
El químico jordano-estadounidense Omar Yaghi ha sido galardonado esta semana con el Premio FBBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ciencias Básicas por desarrollar materiales muy porosos capaces de retener CO2, obtener agua del seco vapor del aire desértico y almacenar hidrógeno en pequeños contenedores.
La Fundación BBVA ha otorgado al economista William Nordhaus su premio Fronteras del Conocimiento en la categoría Cambio Climático, por haber desarrollado un modelo que integra las aportaciones de la ciencia del clima, la tecnología y la economía para responder a la pregunta: ¿Qué debe hacer el mundo para poner límites al cambio climático?.
Un estudio liderado por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales constata que la disminución de las deposiciones de contaminantes, y sobre todo el incremento de CO2 atmosférico, han estimulado la fotosíntesis y el secuestro de carbono por parte de los bosques. El ritmo de captura y de emisión de carbono por parte de los bosques depende en gran parte de la composición cambiante de la atmósfera. Es clave, pues, entender cómo circula el carbono entre la atmósfera, los seres vivos, los océanos y los suelos para anticipar los efectos del cambio climático.