Un estudio de los sedimentos del Lago de Sanabria, realizado por investigadores de la Universidad de Salamanca, ha servido para analizar la evolución del clima del noroeste de la península ibérica en los últimos 26.000 años. Los resultados demuestran que las fases climáticas de esta zona están muy relacionadas con las observadas en el Atlántico Norte gracias a los sondeos de hielo de Groenlandia y con otras secuencias marinas y terrestres del Oeste de Europa.
Un equipo internacional de investigadores ha comprobado que a medida que sube la temperatura del planeta, las flores cada vez son más fragantes. El calor intenso, además, provoca cambios en las composiciones de los aromas florales que transformarían los olores de los espacios naturales. Este hecho podría confundir a los polinizadores de las flores, especialmente a aquellos especialistas que basan sus visitas en preferencias olfativas innatas.
Un equipo internacional de investigadores liderado por el CENIEH acaba de publicar un artículo sobre la cueva eslovena de Postojna, la más visitada de Europa, en el que se demuestran por primera vez los efectos del cambio climático sobre estos entornos. Según los autores, sus conclusiones deberían tenerse en cuenta en la conservación del arte rupestre.
Un estudio publicado en Climatic Change aplica una técnica estadística a modelos climáticos convencionales para predecir el potencial de transmisión de la malaria a nivel local. Los resultados predicen que las tierras altas y frías se harán más vulnerables, y las regiones con un clima cálido, similar al de la sabana, menos.
El Caribe alberga el 9% de los arrecifes de coral del mundo y es uno de los ecosistemas más diversos que genera un beneficio de más de tres mil millones de dólares anuales. Un informe revela que su declive –más de un 50% desde 1970– se podría detener si se aplican medidas para proteger la población de erizos de mar y peces loro. Si no se toman medidas, podrían desaparecer en 20 años.
Si no se hace nada por evitarlo, en el año 2080 el precio que pagará Europa por las consecuencias del calentamiento global superará los 190.000 millones de euros cada año, lo que supone una pérdida del 1,8% del PIB actual. Los científicos que han evaluado estas pérdidas económicas reconocen que su modelo “subestima los daños climáticos en la Unión Europea” y que los países del sur serán los peor parados.
Rosa Rivero investiga, junto a otros colegas, estrategias para aumentar la producción y la calidad de tomates, lechugas, pimientos, cítricos... Eso, en medio de unas condiciones medioambientales adversas, con suelos afectados por la salinidad, un clima semiárido, altas temperaturas y sequía, no es fácil. Este es el escenario del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), situado en Murcia y lugar de trabajo de esta investigadora.
Investigadores de la Estación Experimental de Zonas Áridas han evaluado los posibles efectos del cambio climático en el Sureste de la Península, tomando como modelo el análisis de una de las plantas más comunes de este tipo de entornos, Phagnalon saxatile.
El cambio climático modifica la distribución geográfica de las mariposas y libélulas europeas. Un estudio publicado en el último número de la revista Nature Comucations ha demostrado que las coloraciones oscuras y claras de estos animales están asociadas con climas fríos y cálidos, respectivamente.
Este mapa muestra cómo la distribución geográfica de las libélulas depende de su color y la temperatura. El sur de Europa está dominado por especies de color claro mientras que en el norte predominan las variedades oscuras / Zeuss et al