La microbiota intestinal tiene el potencial de modificar aspectos muy relevantes de la salud humana, incluida la susceptibilidad al cáncer o la extensión de la longevidad.
Un estudio realizado en España concluye que, cuando la dieta es saludable, la presencia de obesidad no aumenta el riesgo de diabetes. Este hallazgo podría cambiar la estrategia dietética en pacientes prediabéticos hacia enfoques centrados en una alimentación más sana, en lugar de en la pérdida de peso.
Un nuevo estudio, liderado por investigadores del CSIC, identifica distintos grupos de bacterias que la madre transfiere a su hijo durante la gestación asociados a la dieta. La fibra, la proteína vegetal y los ácidos omega-3 ejercen un efecto significativo sobre el microbioma del bebé y contribuyen al desarrollo infantil en los primeros meses.
Seguir una dieta mediterránea durante un año potencia los tipos de bacterias intestinales relacionadas con el freno de la fragilidad y el declive cognitivo en las personas mayores, al tiempo que reduce las asociadas a la inflamación, según indica un estudio realizado en cinco países.
La microbiota intestinal desempeña un importante papel protector en la vida de seres humanos y especies animales, peces incluidos. Una investigación liderada por españoles demuestra que las bacterias se distribuyen de forma heterogénea en el intestino de los esturiones, habitando cada zona anatómica según su posible función en el tracto intestinal.
El proyecto MyNewGut, coordinado por el Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos, muestra la influencia de la microbiota intestinal en el balance energético que regula el peso corporal y en la función cerebral. Las bacterias identificadas pueden dar lugar a nuevos probióticos para combatir la obesidad y el estrés, y sus complicaciones, como el síndrome metabólico y la depresión.
En algunas zonas de las Islas Galápagos, los pinzones de Darwin, protagonistas de #Cienciaalobestia, se alimentan de la comida humana debido al reciente aumento de la población. Un estudio ha detectado una microbiota intestinal diferente en estas aves respecto a la que tienen una dieta natural. Además, los pájaros que comen alimentos basura son más grandes y pesados.
Investigadores españoles del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares revelan un nuevo mecanismo de regulación que evita que las bacterias intestinales se diseminen por el organismo y causen inflamación. Su estudio publicado en la revista Immunity identifica un receptor en células inmunitarias por el cual algunas familias de bacterias que habitan en el intestino refuerzan la barrera intestinal.
Investigadores españoles han demostrado que los niños con diabetes tipo 1 poseen una flora intestinal diferente a los niños sanos. El estudio, publicado en Diabetes Care, permite desarrollar nuevas estrategias para controlar el avance de esta enfermedad mediante la modificación de la microbiota del intestino.
Investigadores españoles han relacionado el desarrollo de diabetes tipo 2 con un cambio y una diversidad más reducida en las bacterias intestinales de personas con enfermedad arterial coronaria. Los autores indican que se trata de un nuevo objetivo terapéutico para el tratamiento y prevención de patologías cardiometabólicas complejas a través de la regulación del sistema inmune.