La misión ExoMars TGO llegó a planeta rojo en octubre de 2016 para investigar el origen potencialmente biológico o geológico de las trazas de gases en la atmósfera. Tras un año en su órbita, los primeros resultados revelan una sorprendente ausencia de metano y confirman la relación entre las tormentas de polvo y el vapor de agua atmosférico.
El 15 de junio de 2013 el rover Curiosity descubrió una emisión de métano, un gas que puede tener origen biológico o geológico, en el cráter Gale de Marte. Al día siguiente sobrevoló esa zona la sonda Mars Express y lo volvió a detectar, según una revisión de sus datos realizada ahora. El origen de este metano parece estar en la fractura del permafrost marciano, pero el debate continúa.
Empleando el paradigma de computación sin servidor, un equipo de la Universidad Complutense de Madrid ha diseñado un sistema que logra un procesamiento más eficiente de los datos procedentes del instrumento MARSIS. Este radar, a bordo de la misión Mars Express, fue el que detectó recientemente evidencias de agua subterránea en Marte.
En junio de 2018 una tormenta de polvo dejó inutilizable el vehículo Opportunity en el valle Perseverancia de Marte. Desde entonces, la NASA ha intentado sin éxito contactar con el rover, hasta esta semana, cuando ha decidido dar por completada su misión, una de las más exitosas en el planeta rojo.
Primer selfie de InSight en el planeta rojo
El módulo InSight de la NASA aterriza este lunes en Marte para sondear su interior mediante investigaciones sísmicas, geodésicas y calorimétricas, una información que ayudará a comprender cómo se formaron otros planetas rocosos del sistema solar, incluido el nuestro. La misión cuenta con un instrumento español: TWINS, desarrollado por el Centro de Astrobiología para monitorizar las condiciones ambientales del entorno marciano.
Hacía más de cinco siglos que no llovía en el corazón hiperárido del desierto de Atacama (Chile) pero lo ha hecho en los últimos tres años, probablemente por los efectos del cambio climático. Como consecuencia se ha producido la devastación de su comunidad bacteriana adaptada a la sequía, un suceso que científicos españoles han analizado para estudiar si algo parecido pudo ocurrir en Marte.
En la región marciana de Tharsis, la zona de volcanes más grande del sistema solar, se sitúa Ulysses Fossae, cuyas fracturas y fallas recuerdan a las del Rift en África. Así lo revelan investigadores de la Universidad de Huelva en un estudio realizado con modelos matemáticos, que hasta ahora solo se habían utilizado para analizar la corteza terrestre. Los resultados ayudarán a elaborar una teoría general sobre la evolución de los cuerpos planetarios.