Los movimientos de la órbita de esta luna de Saturno, registrados por la sonda Cassini, indican la presencia de un océano subsuperficial, contradiciendo las teorías de que su interior es completamente sólido. La que algunos llaman ‘estrella de la muerte’ se suma así a otros cuatro satélites con un océano global: Europa, Ganímedes, Titán y Encélado.