Un grupo de investigadores de la Cátedra del Dolor-Fundación Günenthal de Salamanca ha encontrado que determinados individuos poseen un perfil genético que les hace más susceptibles a sentir dolor que otros. El origen está en un gen, relacionado con lel control del óxido nítrico en el organismo. En individuos heterocigotos, esto es, poseedores de un alelo distinto en cada uno de los dos cromosomas de este determinado gen, hay una mayor susceptibilidad al dolor que los individuos homocigotos, con un mismo alelo. El estudio se realizó con pacientes del Hospital Universitario de Salamanca que padecían dolor neuropático.