El pueblo tibetano ha heredado variantes de cinco genes diferentes que les ayudan a vivir en grandes altitudes, como un gen originado en los denisovanos, una subespecie humana extinta. El estudio, liderado por la Universidad de Texas (EE UU), se basa en el análisis de 27 genomas tibetanos que también revelaron relaciones con el grupo étnico de los han de China.
Un equipo liderado por investigadores del Instituto de Genómica de Pekín y la Universidad de California ha explicado que la adaptación a la altura de los habitantes del Tíbet se debe al cruce con los homínidos de Denisova, ya extintos. El trabajo arroja nueva luz sobre la adaptación del ser humano.