Se desenvuelven con gran agilidad en las copas de los árboles y toman decisiones en fracciones de segundos para evitar errores fatales. Las ardillas se han convertido en expertas del parkour de altura. Un equipo de científicos desentraña ahora los secretos de estas habilidosas maniobras que podrían servir para mejorar la movilidad de robots en diferentes ambientes.
¿Qué permite que los colibríes giren repentinamente en un ángulo cerrado, en pleno vuelo y a altas velocidades? Según un estudio internacional, estas ágiles aves deben su destreza a su potencia muscular, al tamaño de las alas, junto con un toque de habilidad. Además, las especies más grandes, a pesar de su mayor masa, son capaces de adaptarse para superar a las más pequeñas.
Investigadores británicos han realizado pruebas en 51 especies de mamíferos y han comparado la relación entre la agilidad y la visión de algunas de ellas. Los resultados del estudio, que se publica en Journal of Anatomy, demuestran que la posición de los ojos repercute en la velocidad y agilidad de los animales.
Resonancia magnética de un gato (Tarsius bancanus).