Plataforma de Repsol en cuenca de Santos (Brasil). / Repsol
Neo Metrics, nacida en el seno de la universidad de Oviedo, se dedica a aplicar las matemáticas a la mejora de los procesos de negocio de grandes compañías. Esta firma, adquirida a comienzos de este año por Accenture, desarrolla además algoritmos capaces de extraer información útil de las redes sociales, detectando sentimientos positivos, negativos y hasta algo tan complejo como la ironía.
El comportamiento de las hormigas ha ayudado a los desarrolladores de software a encontrar sutiles defectos en sus programas, lo que permite mejorarlos. Investigadores de la Universidad de Málaga han aplicado esta técnica con buenos resultados.
Centros de investigación de Israel, Turquía, Corea y España, como la Universidad de Valladolid, pretenden diseñar un sistema de videovigilancia en las grandes áreas metropolitanas mediante redes masivas de sensores. Las redes ayudarán a detectar las incidencias de la ciudad y se operarán de forma inteligente, es decir, sin necesidad de la monitorización constante de un operador humano.
Investigadores del proyecto Promare, en el que participan tres centros de Castilla y Léon y cinco empresas, desarrollan una tecnología que permitirá a los fabricantes de bienes de equipo ofrecer un servicio de mantenimiento de forma remota a sus clientes. La recopilación de todos los datos sobre el rendimiento de las máquinas también les permitirá mejorar el diseño de los modelos futuros.
Ua iniciativa de la Universidad de Salamanca quiere mejorar la seguridad en la identificación electrónica de los usuarios de internet, así como la autentificación de la información que envían. El objetivo del proyeto es contribuir a que las comunicaciones sean más seguras. Para ello, los investigadores trabajan en la modificación de los protocolos y los algoritmos de intercambio de información que se emplean en la actualidad y tratan de implementar otros nuevos.