Tres estudios complementarios explican cómo la Drosophila hembra integra las señales externas de los machos y la información sobre su estado interno al tomar una decisión para responder al cortejo de un pretendiente. El proceso está controlado por al menos tres grupos de neuronas.
Los lagartos australianos se sienten atraídos por las hembras de su especie que tienen color naranja brillante en el bajo vientre, su parte más vulnerable, según publica la revista Frontiers in Ecology and Evolution.Además, si esta zona anaranjada no es demasiado grande, mejor.
Investigadores japoneses han observado que el tiempo de cortejo de los peces medaka se acorta cuando la hembra ya conoce al macho. La visión de un individuo familiar del sexo opuesto activa un grupo de neuronas en el cerebro femenino que acelera su decisión.
El tono de las llamadas de apareamiento de los koalas machos es 20 veces más grave de lo que debería ser dado su pequeño tamaño. Estos marsupiales australianos tienen un órgano productor de sonido especializado que nunca antes se había visto en ningún otro mamífero terrestre, ubicado fuera de la laringe. En la inhalación, suenan como los ronquidos y en la exhalación parecen eructos.
Los ejemplares masculinos de visón criados en cautividad con juguetes, piscinas y columpios obtienen una mejor respuesta de las hembras en la época de celo. La investigación ayudará a mejorar la reproducción de otras especies que tienen dificultades, como los osos panda.
Un estudio del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona muestra como la familiaridad, es decir el conocimiento entre individuos, puede ser tan o más seductora que el atractivo sexual al elegir pareja. Este es el resultado de un trabajo realizado con jilgueros lúganos (Carduelis spinus).
Las células productoras de feromonas, en verde, se encuentran en el abdomen de la Drosophilia.