Investigadores de la Universidad de Jaén han creado un nuevo método para, con muy poca cantidad de muestra, obtener las cantidades de insecticidas presentes en el polen y el néctar. La nueva herramienta es capaz de analizar ocho compuestos que pueden estar contribuyendo a la desaparición de las abejas y otros insectos.
Investigadores de la Estación Biológica de Doñana han comprobado que las abejas utilizadas como polinizadores en cultivos rivalizan con las que viven en su entorno natural por los recursos disponibles. Esta lucha puede llevar a una reducción de las comunidades de abejas silvestres y afectar a la capacidad reproductiva de ciertas especies de plantas. Andalucía es la comunidad con mayor diversidad de abejas, por lo que se considera un ‘punto caliente’ debido al riesgo de extinción.
La producción de frutos como el endrino o el majuelo, que suponen una parte importante en la dieta de especies amenazadas, como el oso pardo, se beneficia de la presencia de abejas de miel.
Apicultura. Foto: Roberto Vinicius.