Se cumplen 25 años de la entrada en vigor de la Convención sobre las Armas Químicas, un tratado internacional con el que se espera completar en 2023 la destrucción de todos los arsenales declarados. El principal reto es que no vuelvan a aparecer y prevenir las futuras amenazas, según plantea un experto del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de EE UU en la revista Science.