Unos tenían la instrumentación; otros, el tiempo y la motivación. Un grupo de 17 astrónomos aficionados colaboraron con ocho astrofísicos profesionales durante varios meses, entre 2008 y 2009, en la observación del periastro del sistema binario masivo WR 140, el momento en la órbita de las dos estrellas en que la distancia entre ellas es mínima. Juntos han conseguido mejorar así los modelos teóricos sobre cómo nacen, viven y mueren las estrellas.