El año 2015 ha estado marcado por los asesinatos yihadistas del Estado Islámico. Los atentados de París en enero y noviembre han sembrado el miedo en la sociedad occidental. Lo más sorprendente es que en ambos casos los terroristas eran ciudadanos europeos. ¿Qué lleva a un joven a inmolarse para atacar a sus vecinos? Expertos en sociología, criminología y política internacional investigan para entender qué les ofrece la organización terrorista y qué está haciendo mal Europa.
El pasado 13 de noviembre, una serie de ataques terroristas perpetrados en París acabaron con la vida de 129 personas, a los que se suman cientos de heridos, dejando a la capital francesa en estado de shock. Esta acción abominable del yihadismo internacional es un atentado contra nuestros sistemas democráticos y de defensa de las libertades y los derechos individuales. Francia, España y sus aliados han sentido los ataques como un asalto a los principios y los valores que defendemos y se han apresurado a reaccionar, pero esta respuesta debe ser prudente y conforme al Derecho Internacional para ser efectiva en el largo plazo.
Una serie de ataques simultáneos ha dejado más de 120 muertos la noche del viernes en la capital francesa y en la ciudad cercana de Saint-Denis. En Twitter, los ciudadanos no solo han expresado su repulsa por la barbarie y su solidaridad con los afectados, sino que han ofrecido refugio a quienes lo necesitaran, y ahora buscan a sus seres queridos desaparecidos. Desde Facebook, además, se han podido leer en directo noticias sobre lo que estaba pasando dentro de la sala de conciertos Bataclan, donde los terroristas asesinaron a un centenar de personas.
En conjunto, los tres ataques terroristas afectaron a la zona del euro más que al mercado de EE.UU.