Las infecciones adquiridas en el hospital suponen un problema de salud importante. Expertos españoles han descubierto que al someter a una de esas bacterias a diferentes procesos de desinfección, algunas células siguen vivas, pero en un estado en el que no son capaces de crecer en medios de cultivo tradicionales. Esto las hace indetectables por los métodos de evaluación de la desinfección, que están basados en ese crecimiento.
Investigadores de Cataluña han identificado un nuevo mecanismo antibacteriano que protege los macrófagos —unas células defensivas del sistema inmunitario— contra las infecciones de la bacteria Salmonella enterica serovar Typhimurium, un patógeno relacionado con diversas enfermedades gastrointestinales.
Algunos microorganismos poseen un sistema desconocido hasta ahora para la detección y corrección de errores del material genético. El mecanismo previene que algunas bacterias, como Mycobacterium tuberculosis, desarrollen fácilmente resistencia a los antibióticos. El descubrimiento abre las puertas al desarrollo de nuevas estrategias para combatir la resistencia a antibióticos de algunas bacterias patógenas. Además, puede utilizarse para mejorar el rendimiento de procesos biotecnológicos de interés industrial.
Bioplástico PHA purificado obtenido de la bacteria P. putida KT2440. / CIB
Virginia Martinez en los laboratorios de la firma de biotecnología Evolva, en Copenhage. / R. Guzmán
Investigadoras españolas han diseñado un método que utiliza una bacteria depredadora para extraer bioplástico del interior de otras bacterias productoras sin degradarlo. El sistema, que ya ha sido patentado, permitirá obtener este tipo de producto a bajo coste y a escala industrial en factorías de células bacterianas.
Un estudio liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha descubierto un nuevo mecanismo que permite a la bacteria Azoarcus sp. CIB resistir la presencia de elevadas concentraciones de hidrocarburos aromáticos tóxicos en ausencia de oxígeno. Los resultados de la investigación podrían ayudar a crear nuevas herramientas de detoxificación de contaminantes
Desde hace años, José Antonio Oteo (Haro, 1960) lucha por acabar con la creencia de que las garrapatas son solo bichos repugnantes pero inofensivos. En La Rioja, dirige el Laboratorio de Patógenos Especiales del Centro de Investigación Biomédica, y es pionero en el estudio de dolencias que no han sido descritas con anterioridad.
Antes de la peste bubónica que asoló la Europa del siglo XIV, la primera gran epidemia de peste fue la plaga de Justiniano, que a lo largo de los siglos VI y VII acabó con 50 millones de personas en todo el mundo. Investigadores de varios centros alemanes han estudiado el alcance de la bacteria que la causó a través de seis de sus víctimas halladas cerca de Múnich.
Rediseñar una vida con nuevas potencialidades modificando su código genético podría ser la trama de una película de ciencia ficción. Ahora, un equipo de la Universidad de Harvard ha logrado ‘hackear’ el ADN de la bacteria Escherichia coli reduciendo de 64 a 57 el número de codones. Un organismo recodificado podría tener funcionalidades jamás vistas en la naturaleza y ahorrar gastos en la industria farmacéutica, dicen los autores.