La pérdida del hielo en el Ártico está cambiando la vida de las belugas, protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia. Tras varias décadas de seguimiento, los científicos han probado que al menos una de sus poblaciones retrasa su migración hacia el sur más tarde de lo normal, con el riesgo de quedar bloqueadas.
Cazadas y perseguidas por su carne y espesa piel, las belugas son un anhelado objeto de deseo para decenas de acuarios del mundo. De los más de 230 ejemplares en cautividad, el 80% ha sido capturado en su hábitat natural, sobre todo en aguas rusas. Solo el Acuario de Vancouver (Canadá) prohíbe la adquisición de belugas salvajes. La reciente muerte de una de ellas en el SeaWorld de Orlando (EE UU) vuelve a centrar las miradas en las ballenas blancas.
Captura de ejemplares de beluga en el mar de Okhotsk (Rusia). El destino de estos cetáceos son los acuarios. / Evgeny Tagiltsev