Un equipo de la Universidad de Barcelona ha usado la realidad virtual para observar los efectos de hablar con uno mismo como si se tratara de otra persona. Los resultados revelan que una conversación con un yo en un cuerpo distinto contribuye a mejorar el estado de ánimo, más que hablar sobre los problemas en una conversación virtual con un guion preestablecido. Los médicos podrían utilizar este método para ayudar a los pacientes a tratar sus problemas personales.