Investigadores de España y México han comprobado que la capacidad que tienen las telas de carbón activado para limpiar el agua de contaminantes se puede mejorar con la presencia de bacterias, como Escherichia coli. El trabajo se ha centrado en la eliminación de bisfenoles, compuestos incorporados a los plásticos de botellas y biberones que pueden tener efectos perjudiciales para la salud.