Por primera vez en 30 años se ha clasificado como carcinógeno humano un plaguicida: el lindano, que ya estaba prohibido por ser dañino para la salud humana y el medio ambiente. Esta investigación encargada por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, que también ha evaluado al DDT y el herbicida 2,4-D, ha sido coordinada desde el Centre de Recerca en Epidemiologia Ambiental, en Barcelona.
Investigadores del Centro nacional de Biotecnología del CSIC descubren que cuando las plantas detectan el arseniato, uno de los carcinógenos más potentes que se conocen, impiden de forma inmediata su captación mediante la represión y deslocalización del transportador de fosfato.