Aunque la dentadura del extinto león marsupial no era la propia de un depredador, este animal, protagonista de nuestro #Cienciaalobestia, fue uno de los cazadores más destructivos hasta su extinción hace 30.000 años. Investigadores de la Universidad de Málaga y de Bristol revelan que sus codos le permitían una movilidad del antebrazo similar al de los primates. Esta ventaja, junto a sus poderosas garras retráctiles, le otorgaba un estilo de caza único entre los carnívoros.
La extirpación de la cabeza del hueso radio en pacientes jóvenes con fracturas complejas en el mismo, sin luxación de codo asociada, es una técnica fiable, con resultados satisfactorios en más del 90% de los enfermos. Esto se ha comprobado tras un seguimiento medio de 25 años. Los resultados de este estudio, llevados a cabo por investigadores del Hospital Universitario La Paz (UAM), servirán como referencia para otras técnicas reconstructivas.