Jugar al fútbol de forma regular durante la adolescencia se asocia con una buena condición física aeróbica y una mayor capacidad de mantener la atención de forma sostenida. Los futbolistas muestran mejores tiempos de reacción en la tarea de vigilancia, lo que denota una mejor habilidad para mantener la concentración.
Los efectos beneficiosos del ejercicio son más importantes para nuestra salud que los efectos negativos de la contaminación del aire, así lo indica un estudio de la Universidad de Copenhague, en colaboración con otras instituciones como el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental.
Un estudio de la Universidad de Málaga señala que la motivación en el deporte de élite no entiende de género. El trabajo, que ha analizado la variable de género tomando como muestra los participantes del Campeonato Mundial de Triatlón señala que en estos niveles de competición el premio o recompensa material pasa a un segundo plano en favor de la satisfacción personal.
Un grupo internacional de investigadores ha estudiado el riesgo de lesión durante los partidos de fútbol de competición. Así, dicho riesgo es doce veces superior en los partidos de primera que durante las sesiones de entrenamiento en los jugadores de la Liga de Fútbol Profesional. Las lesiones más comunes son de tipo muscular y derivadas de un sobreesfuerzo, y suelen suponer periodos de recuperación en torno a una semana.
Investigadores de la Universidad de Granada han diseñado unas plantillas con sensores integrados que miden en tiempo real parámetros como la presión de la planta del pie y su orientación. El avance puede ayudar a prevenir dolencias y mejorar el rendimiento deportivo.
Un equipo internacional de científicos, con participación de la Universidad del País Vasco, describe por vez primera que los atletas de élite kenianos tienen una mejor oxigenación cerebral durante esfuerzos máximos, lo que contribuye a su éxito en carreras de larga distancia. La revista Journal of Applied Physiology publica este estudio pionero en el mundo de la fisiología del ejercicio.
Más del 50% de los deportistas toman bebidas energéticas en los entrenamientos e incluso antes de las competiciones. / SINC
Un estudio analiza los efectos positivos y negativos de las bebidas energéticas en los deportistas. Aunque en principio estos vieron aumentado su rendimiento deportivo entre un 3% y un 7%, también apreciaron un aumento de la frecuencia de insomnio, nerviosismo y el nivel de activación en las horas siguientes a la competición.
Tras analizar los expedientes académicos de dos mil estudiantes entre los 6 y los 18 años, investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid han mostrado que la actividad física mejora el rendimiento académico.