Está demostrado que tanto la música como la pintura afectan a áreas cerebrales relacionadas con diferentes emociones como la felicidad o el desagrado. Ahora, un equipo de investigadores, que cuenta con la participación de la Universidad Complutense de Madrid, ha descubierto que las dos disciplinas artísticas nos afectan de forma desigual, siendo la música la que más emociones despierta.