La electrocución es la causa de muerte más probable para una águila perdicera (Aquila fasciata), una especie amenazada en Europa. Este es el caso de un ejemplar anillado en 2008 en la montaña de Montserrat, y muerto en 2014 en una zona con alta densidad de líneas eléctricas, en un municipio del Penedès donde se había instalado para criar y se encontraba incubando con su pareja. También sufrió el mismo destino otra águila anillada en las montañas del Vallès en 2013 y encontrada muerta en 2015 a los pies de una torre eléctrica en el Empordà (Girona).