Un estudio publicado en Nature Genetics evidencia por primera vez que las variantes genéticas relacionadas fuertemente con otras enfermedades autoinmunes son más propensas a asociarse nominalmente con la dermatitis atópica. Dicha dermatitis, también conocida como eccema, es una enfermedad inflamatoria común de la piel que afecta a un 15-30% de los niños y un 5-10% de los adultos.