En la jornada de cierre de la reunión anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana, celebrada en Lisboa, investigadores del Instituto Valenciano de Infertilidad han presentado un estudio sobre la congelación rutinaria de los embriones antes de realizar la transferencia en una fecundación in vitro. Según los resultados, esta medida no garantiza ningún beneficio en el caso de pacientes sin complicaciones.
La fertilidad femenina disminuye con la edad, tanto en la concepción natural como en la asistida. Un estudio, presentado hoy en la reunión anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana que se celebra hasta mañana en Lisboa (Portugal), revela que las tasas de nacimientos mediante fecundación in vitro se redujeron desde un 23,6% en mujeres de 38 a 39 años al 1,3% en las de 44 años y más. La mejor alternativa en el segundo grupo de edad sería utilizar el óvulo de una donante.
El primer objetivo de un eyaculado sería fecundar el óvulo y el segundo que otro varón no tenga oportunidad de fecundarlo. / Fotolia
Por motivos médicos o personales, la mujer española tiene hijos cada vez más tarde. Ante los obstáculos que la propia biología impone a la reproducción natural, la medicina reproductiva ofrece alternativas para que las mujeres den a luz incluso a partir de los 40. Para ello, una buena planificación del embarazo puede evitar frustraciones futuras. Eso sí, la decisión debería tomarse antes de los 35 años.
Expertos de la Universidad de Sevilla han dado un paso más en el estudio del papel de una proteína, la leptina, en la función reproductora de la mujer. Hasta ahora se conocía que dicha proteína está implicada en la regulación del peso y del tejido adiposo (grasas) del cuerpo humano, pero ahora demás se ha demostrado que interviene directamente en la reproducción femenina y que podría usarse como un nuevo marcador a la hora de seleccionar los embriones más idóneos en un tratamiento de fecundación in vitro.
Es de sobra conocido el impacto negativo de las contracciones en la fecundación in vitro. Lo que no se sabía hasta ahora era qué efecto tenía en una inseminación artificial. Un nuevo estudio ha descubierto que es el contrario que en la transferencia embrionaria: mejoran las posibilidades de embarazo.
Representación artística de la escena de apareamiento de Microbrachius./ Brian Choo, Flinders University.
Los sistemas reproductivos de las hembras de cerdo reconocen si un espermatozoide engendrará un macho o una hembra antes de la fecundación. Además, sus trompas de Falopio tienen la capacidad de cambiar su respuesta en consecuencia, según un estudio en el que participan investigadores de la Universidad de Murcia.
Louise Brown, la primera niña concebida por reproducción asistida. / EFE
Cuando los padres de la fecundación in vitro dieron a conocer su logro, muchos se llevaron las manos a la cabeza. Pasados más de 40 años, las sofisticadas técnicas de análisis genético actuales hacen posible la selección de los embriones más aptos. Un artículo publicado esta semana en la revista Science reaviva la polémica sobre el poder de decisión que deberían tener los padres a la hora de ‘elegir’ a su futuro hijo.