Dormir poco entre semana y mucho los fines de semana afecta negativamente al rendimiento académico y cognitivo de los adolescentes. Este jet lag social, es decir el desajuste entre el reloj biológico y el social, perjudica especialmente a las chicas, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid. Hasta ahora ningún trabajo había analizado esta relación en jóvenes en un contexto cotidiano, fuera del laboratorio.
Las personas que trabajan cambiando de turno suelen tomar medicamentos, como la melatonina y los neuroestimulantes, para estar despiertos mientras desempeñan su labor o dormir a horas inusuales, pero no hay evidencias que demuestren que funcionen, e incluso algunos pueden ser perjudiciales. Así lo sugieren los pocos estudios científicos que han abordado este problema.
Exponerse a la luz durante determinadas horas el día y permanecer otras en oscuridad es la propuesta de investigadores de la Universidad de Michigan para ajustar cuanto antes el reloj interno tras un viaje transoceánico. Los tiempos exactos se pueden calcular gracias a una aplicación para el móvil.