La joya, confeccionada con 2 500 cuentas de conchas, piedras exóticas y ámbar fósil, habría pertenecido a un niño o niña de ocho años, de estatus social alto, y revela la importancia de los ritos de inhumación. El trabajo, liderado por la Institución Milà i Fontanals de Investigación en Humanidades del CSIC, se publica esta semana en PLoS ONE.