Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra han detectado en la superficie del esperma de buey 58 proteínas capaces de unirse a moléculas de azúcar presentes en la superficie de los óvulos e implicadas en el proceso de fertilización. Las proteínas detectadas en el estudio son muy parecidas a las de los espermatozoides humanos y su descubrimiento podría utilizarse para desarrollar futuras vacunas para el control de la fertilidad.