Uno de cada seis pacientes de linfoma folicular, un tipo de tumor que no tiene cura, muestra mutaciones en RagC, uno de los genes de la importante ruta metabólica de la proteína mTOR. Un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas confirma que la mutación es causa y no consecuencia de la enfermedad.
La aparición de un linfoma folicular o de un linfoma difuso de células B grandes puede depender de un mismo gen. De acuerdo con un trabajo de científicos españoles y estadounidenses, el gen Crebbp está implicado en el origen de ambas enfermedades. Su pérdida o su mutación es clave para el desarrollo de una u otra patología, un descubrimiento que abre la puerta al desarrollo de nuevos fármacos.