Un equipo de investigadores japoneses rastreó la contaminación generada por los isótopos liberados de la central nuclear y su distribución geográfica en las zonas central y oriental de Japón. Las lluvias contribuyeron a transportar aerosoles y gases solubles en agua.
El uso de productos químicos con gases contaminantes (clorofluorocarbonos) creó, a mediados del siglo XX, el conocido ‘agujero’ de la capa de ozono. Una investigación internacionaldemuestra por primera vez que este fenómeno juega un papel importante en el cambio climático, al menos en el hemisferio sur, y es responsable del incremento de las precipitaciones de los veranos tropicales.
Los investigadores demuestran con modelos climáticos que el agujero es capaz de cambiar la circulación tropical y las lluvias.
Un equipo de investigadores, dirigido por la Universidad de Extremadura, ha analizado por primera vez la frecuencia de las precipitaciones en toda la Península Ibérica de 1903 a 2003. Los resultados demuestran que a lo largo del siglo XX el número de días de lluvia ha aumentado, salvo en la zona del golfo de Cádiz y el oeste de Portugal. Pero las lluvias son cada vez menos intensas, excepto en esas dos zonas.
Un equipo de investigadores asiáticos ha descubierto que durante el período cálido del Plioceno (hace entre 3 y 5 millones de años) existieron condiciones climáticas asociadas al fenómeno de ‘El Niño’. Los expertos aseguran que, con el calentamiento global, estas características se repetirán en un futuro, aunque no de forma “permanente”.
Las lluvias en marzo y junio disminuyen en España, pero aumentan las de octubre.
Precipitaciones a principios de marzo en Madrid.
En los últimos 60 años, los científicos han constatado una reducción de las precipitaciones en invierno, y ahora prevén que disminuyan en primavera y verano. Un equipo del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC) ha analizado los datos de las lluvias de 1950 a 2006, y las proyecciones climáticas para las próximas décadas, para demostrar que en los próximos años lloverá menos en la Península Ibérica. Pero las precipitaciones seguirán siendo más frecuentes en invierno que en primavera-verano.
Evolución estacional y anual del clima en el Mediterráneo entre 1950 y 2002. Los colores muestran la magnitud de los cambios en la precipitación (izquierda); y la evapotranspiración en mm (derecha).