Las áreas de distribución de aves y mariposas europeas se desplazan hacia el norte siguiendo los pasos del cambio climático. Este desplazamiento no es suficientemente rápido y hace que las diferentes comunidades no lleguen a situarse en las áreas térmicamente adecuadas y vivan en un estrés térmico constante. Este fenómeno se llama "deuda climática" y representa un problema para la biodiversidad europea, según un estudio publicado en Nature Climate Change.