Una de cada cinco personas en Europa sufre dolor crónico. Para su tratamiento, un nuevo estudio indica que es más adecuado administrar metadona en lugar de morfina. Los resultados revelan la importancia de potenciar nuevas alternativas terapéuticas que aprovechen la eficacia de los opiáceos y eviten los efectos secundarios derivados de la tolerancia y la adicción.
En el tratamiento de la adicción a los opiáceos, la metadona actúa como terapia sustitutiva. Una investigación de varios centros españoles se propuso estudiar si la mortalidad en los usuarios era mayor mientras estaban en tratamiento o después de él. El resultado es que el número de muertes se reduce hasta tres veces en las personas que lo mantienen, por lo que el riesgo de complicaciones si se abandona es alto.
Así se desprende de un estudio realizado por la Universidad de Zaragoza (UNIZAR). El 68,2% de los 78 pacientes incluidos en el estudio de la Unidad de Atención y Seguimiento de las Adicciones del Hospital Nuestra Señora de Gracia de la capital aragonesa indica que desearía abandonar el hábito tabáquico.