Tras la queja de una madre española, en febrero de 2020 la ONU aconsejó a nuestro país que su sistema de atención a la maternidad mejore en el respeto a los derechos humanos. El tema polariza la opinión pública: mientras que los profesionales sanitarios afirman centrarse en hacer bien su trabajo, casi el 40 % de las mujeres percibió haber sufrido este tipo de violencia.
Un parto puede adelantarse o retrasarse hasta dos o tres semanas con respecto a la estimación prevista. Esto crea una ventana de más de un mes que puede suponer un estrés para la madre y que dificulta los preparativos. Un nuevo estudio indica que una prueba rutinaria en la que se mide la longitud del cuello del útero puede ayudar a estrechar esa ventana a siete días desde el momento en el que se realiza el test.
La de partera es una ocupación crucial en la historia humana. La postura erguida, el gran cerebro y la forma del canal del parto del Homo sapiens hacen que las mujeres necesiten ayuda externa para parir, al contrario que la mayoría de las mamíferas. Hoy las comadronas aún marcan la diferencia entre la vida y la muerte, y garantizan el cuidado profesional de la salud de la madre y el bebé, no solo en países en vías de desarrollo.
En los últimos años, el número de embarazos en mujeres de 35 años o más ha crecido exponencialmente. Tanto es así que en la actualidad el 24,6% de los que se registran en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid (una cuarta parte) corresponde a mujeres de esta edad. El dato forma parte del estudio La edad materna como factor de riesgo obstétrico. Resultados perinatales en gestantes en edad avanzada, elaborado por el Servicio de Ginecología y Obstetricia del complejo asistencial vallisoletano.