Después de las recientes declaraciones de Donald Trump sobre la epidemia de opiáceos en Estados Unidos, un estudio confirma las preocupantes estadísticas sobre su utilización en el país. Así, el consumo de estas sustancias se mantiene casi inalterable, incluso por parte de las personas que sobreviven a una sobredosis. En la actualidad, su uso indebido es la primera causa de muerte accidental en EE UU, superando a los fallecidos por arma de fuego y en accidentes de tráfico.