Un proyecto internacional, el Programa de Geociencias IGCP 567 de la Unesco, trabaja desde 2009 en alargar el catálogo histórico sísmico para establecer el periodo de recurrencia y los tipos de terremotos, e incluso su magnitud aproximada, a través de la arqueosismología -el estudio de terremotos a través de sus evidencias en restos arqueológicos- y la paleosismología, el análisis del registro geológico de las fallas.