En los últimos cinco siglos no solo han desaparecido algunas especies por culpa del hombre, también géneros completos de vertebrados, y todo a un ritmo 35 veces más acelerado que el del último millón de años. Así lo revela un estudio a gran escala donde se apunta que la sexta gran extinción podría ser más grave de lo que se esperaba.
La paloma migratoria o pasajera pasó en solo un siglo de ser el ave más abundante de Norteamérica a extinguirse. Un análisis de su ADN, extraído de ejemplares de museo, indica que tenían una diversidad genética sorprendentemente baja para pertenecer a una población enorme. El estudio, publicado en Science, sugiere que incluso las poblaciones grandes y estables pueden estar en riesgo de extinción por cambios medioambientales repentinos.
Considerados torpes e incluso ‘bobos’, los dodos se extinguieron rápidamente tras la llegada de los europeos a la isla donde vivieron en el océano Índico hasta el siglo XVII. A pesar de que su reputación se extendió a la cultura popular, un nuevo estudio, que ha escaneado el cráneo de esta y otras aves, demuestra que en realidad eran más inteligentes de lo que se creía, y que desarrollaron más su olfato que su vista, contrariamente a la mayoría de los pájaros.
Palomas (Columba livia) en Madrid.