El aumento de espacios verdes en las ciudades y la mejora de los elementos en los parques ayudan a moderar el efecto 'isla de calor' urbana y, por tanto, a elevar el confort térmico de los usuarios. Así lo revelan las simulaciones realizadas por una arquitecta de la Universidad Politécnica de Madrid planteando varios escenarios en un parque de Pekín.