La contaminación de la carne de las aves acuáticas y su intoxicación por perdigones de plomo ha disminuido un 50% tras la prohibición en 2001 del uso de este tipo de munición en los humedales. Este es uno de los datos que recoge un estudio del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, que señala también que el cumplimiento de este mandato por parte de los cazadores ha sido muy alto.