Investigadores españoles han demostrado que las madres menores de 19 años y las mayores de 35 tienen un mayor riesgo de tener hijos prematuros y de bajo peso. Los resultados se publican en la revista Nutrición Hospitalaria.
Durante el embarazo, la obesidad provoca mayores niveles de leptina en sangre y, por tanto, un mayor peso de los bebés al nacer. Asimismo, el sobrepeso anterior al embarazo también es un factor de riesgo de altos niveles de leptina. La obesidad infantil es uno de los problemas más graves de salud pública del siglo XXI.
El mayor estudio europeo realizado hasta la fecha afirma que, por cada aumento de 5 microgramos por metro cúbico en la exposición a las partículas finas durante el embarazo, el riesgo de bajo peso al nacer aumenta en un 18%.
El mayor estudio realizado en el mundo sobre el efecto de la contaminación atmosférica en las mujeres embarazadas y su descendencia muestra una relación entre la exposición y el bajo peso al nacer. El trabajo ha analizado más de tres millones de nacimientos de nueve países de América, Europa, Asia y Australia.
Las mujeres embarazadas que residen en grandes ciudades tienen más posibilidades de tener un niño de mayor talla y peso que las que viven en el medio rural. Una mayor exposición a los xenoestrógenos, un tipo de contaminantes ambientales que se comportan como hormonas, podría ser la responsable. Así lo indica un nuevo estudio de la Universidad de Granada, que relaciona por primera vez la carga estrogénica de la placenta con un mayor peso del niño al nacer.
Una duplicación en una región del cromosoma 16p11.2 parece estar relacionada con un índice de masa corporal bajo. Foto: Sebastián R.
Una investigación europea revela que la enzima ATGL provoca caquexia, un desajuste metabólico que provoca pérdida de peso como consecuencia de la disminución de la grasa y la masa muscular. Este síndrome afecta fundamentalmente a pacientes con cáncer en fase terminal y a enfermos de sida.