Considerada un manual de concienciación ecológica, la saga de Frank Herbert, que acaba de ser adaptada de nuevo al cine, propone soluciones ante la escasez de nuestro recurso más valioso y desperdiciado: el agua potable. Hoy los investigadores se afanan en desarrollar tecnologías que ya no son de ciencia ficción para recolectar, reciclar y purificar este valioso elemento.