Uno de cada tres ríos peninsulares está salinizado por el impacto de la actividad agrícola y la urbanización del territorio. Este grave problema medioambiental afectará cada vez a más ecosistemas hídricos en todo el mundo debido al calentamiento global, el consumo creciente de agua y la explotación de los recursos naturales del suelo.
Ante el aumento de la concentración de sales en ríos y lagos provocado por actividades humanas como la agricultura, un equipo internacional, liderado por un científico español, reclama soluciones y políticas preventivas globales para proteger los ecosistemas acuáticos de la salinización. Según los expertos, el cambio climático empeorá la situación en la salud humana y en el funcionamiento de los ecosistemas. La salinidad de los cultivos, por ejemplo, hará imposible producir ciertos alimentos, como ya sucede en el valle del Ebro.
La salinización de los ríos es un problema global en países de todo el mundo y genera un gran coste medioambiental y económico, además de suponer un riesgo elevado para la salud global. El cambio climático y el consumo creciente de agua podrían agravar todavía más el panorama futuro, según una investigación internacional liderada por la Universidad de Barcelona.
La Universitat Jaume I de Castelló coordina un ambicioso proyecto que busca hacer frente al problema de la salinización que afecta a los acuíferos costeros a través de la recarga artificial con aguas residuales urbanas regeneradas.