Un equipo internacional liderado por investigadores españoles ha sintetizado nuevos núcleos atómicos que sólo se originan en las estrellas y cuya vida ha resultado ser más corta de la previsto. Sus propiedades son esenciales para entender la formación en el universo de elementos más pesados que el hierro.
Un estudio descarta que las supernovas de tipo Ia, que se usan para medir distancias cósmicas, procedan de la explosión de una enana blanca alimentada por una estrella normal, sino de otra enana blanca compañera. El trabajo, liderado por el CSIC, se basa en la observación de la supernova 2014J, situada a 11,4 millones de años luz de la Tierra.
La semana pasada un astrofísico británico descubrió una supernova mientras observaba con un grupo de estudiantes la galaxia M 82. En los días siguientes astrónomos profesionales y aficionados de todo el mundo dirigieron sus telescopios a SN 2014J, la nueva explosión estelar que pronto se podría ver con prismáticos. Desde Canarias, investigadores del CIEMAT y otros centros internacionales han seguido el espectáculo astronómico.
Hasta ahora se pensaba que las supernovas superluminosas, las más potentes explosiones estelares, se originaban a partir de estrellas supermasivas, pero según un nuevo estudio internacional es el campo magnético de estrellas de neutrones el que las puede generar. El trabajo, en el que han participado dos astrónomas del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC/IEEC), se publica esta semana en la revista Nature.
El oscurecimiento producido por el polvo impide que se detecte una de cada cinco supernovas en las galaxias cercanas y cuatro de cada cinco en galaxias distantes, según un estudio en el que participa el Instituto de Astrofísica de Andalucía y que publica The Astrophysical Journal.
Observaciones en radio han desvelado en la región central y oculta por el polvo de la galaxia IC 694 un total de 26 objetos, la mayoría supernovas jóvenes y remanentes de supernovas. La galaxia IC 694, que presenta intensos brotes de formación estelar, es un laboratorio idóneo para estudiar los procesos de formación estelar y la influencia del entorno en la evolución de las supernovas.
La imagen superior muestra, en observaciones con VLA del año 2000, la fuerte emisión en radio de IC 694. En las imágenes inferiores están señaladas las veintiséis fuentes detectadas en este trabajo.