Investigadores españoles han descrito el componente genético asociado a la administración del único tratamiento farmacológico para la fase aguda del ictus isquémico. Este hallazgo consolida la importancia de los factores genéticos en la predicción de la respuesta al fármaco que se apuntan desde hace tiempo y podría modificar los criterios de cribado de los pacientes que pueden recibir o no el tratamiento.
Un estudio internacional, publicado en el 'New England Journal of Medicine', ofrece información sobre los subgrupos de pacientes con ictus que podrían beneficiarse de los tratamientos endovasculares. Los resultados evidencian que por cada 30 minutos de retraso en el acceso al tratamiento, disminuyen un 10% las posibilidades de recuperación funcional.