La mayoría de los vertidos de yodo-129 procedente de las centrales de reprocesamiento de combustible nuclear de Sellafield (Reino Unido) y La Hague (Francia) se dirigen al norte debido a la corriente costera noruega, pero una parte va hacia el sudoeste, al Atlántico Norte. Así lo refleja el seguimiento de este radioisótopo realizado por investigadores del Centro Nacional de Aceleradores y la Universidad de Sevilla.