La tomografía de coherencia óptica, una técnica de diagnóstico por la imagen muy utilizada en oftalmología, puede permitir hacer un seguimiento de los pacientes con esclerosis múltiple, una enfermedad con una evolución impredecible. El análisis de la retina ayuda a determinar el riesgo de empeoramiento clínico de los pacientes. Así lo confirma un nuevo estudio liderado por científicos españoles.