Hace 45 años, despegó la que se convertiría en la misión espacial más exitosa de la historia. Además de cambiar nuestro conocimiento de los grandes planetas gaseosos del sistema solar, estos robots gemelos iniciaron una fabulosa era de descubrimiento y exploración. A la larga, serán la única evidencia de la existencia de la humanidad.
Cuando se cumplen 35 años de su lanzamiento, la sonda Voyager 1 está llegando a los confines del sistema solar pero puede que no esté tan cerca de la frontera como se pensaba hasta ahora. Así lo revela un estudio que investigadores de la Universidad Johns Hopkins (EEUU) publican esta semana en la revista Nature.